El trabajo en beneficio de los que tienen necesidad (Santiago 1:22-27)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Esto nos lleva al segundo principio del trabajo fiel: trabajar en beneficio de los necesitados. “Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos” (Stg 1:22). Este principio se deriva de forma natural del principio de confiar en que Dios provee para nuestras necesidades. Si confiamos en que Dios provee lo que necesitamos, somos libres para trabajar en beneficio de otros. Por otra parte, si nuestra confianza en Dios no nos lleva a actuar en beneficio de los que tienen necesidad, Santiago indica que en realidad no confiamos en Dios. Él dice, “La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones” (Stg 1:27). Creer implica confiar y la confianza lleva a la acción.

Parece que la fuente de las ideas de Santiago es Jesús mismo, especialmente las enseñanzas acerca del pobre y el cuidado práctico que le mostró a una gran cantidad de personas marginadas. Esto se puede ver, por ejemplo, cuando Santiago hace referencia a las enseñanzas de Jesús sobre el lugar especial del pobre en el reino de Dios (Stg 2:5; Lc 6:20) y a Sus advertencias acerca de los tesoros que se pudren “en la tierra” (Stg 5:1–5; Mt 6:19).

Esto tiene una aplicación directa en el trabajo, ya que la señal principal de que un trabajo es exitoso es que suple necesidades, ya sea en negocios, educación, asistencia médica, trabajo gubernamental, diversas profesiones, organizaciones sin ánimo de lucro y otros. Una organización exitosa suple las necesidades de sus clientes, empleados, inversionistas, ciudadanos, estudiantes, clientes y otras partes interesadas. Aunque este no es el enfoque principal de Santiago —ya que se enfoca particularmente en las necesidades de los pobres o vulnerables—, aplica de todas maneras. Cada vez que una organización suple las necesidades reales de las personas está haciendo el trabajo de Dios.

Esta aplicación no se limita al servicio de los clientes en los negocios establecidos. Requiere aún más creatividad —y demuestra todavía más la provisión de Dios— que los cristianos suplan las necesidades de los que son demasiado pobres como para ser clientes de negocios establecidos. Por ejemplo, un grupo de cristianos abrió una fábrica de muebles en Vietnam para darle empleo a personas del nivel socioeconómico más bajo en ese lugar. Por medio de la fábrica, Dios provee para las necesidades de los clientes extranjeros que necesitan muebles y para los trabajadores locales que no tenían empleo.[1] De forma similar, TriLink Global, una empresa de inversiones liderada por Gloria Nelund, ayuda a establecer negocios en el mundo en desarrollo como un medio para suplir las necesidades de personas pobres y marginadas.[2]

El deber de los cristianos no termina con servir a los pobres y necesitados en su lugar de trabajo particular. Las estructuras sociales y los sistemas político-económicos influyen grandemente en que se suplan las necesidades de los pobres. En la medida en que los cristianos podamos influenciar estas estructuras y sistemas, tenemos la responsabilidad de asegurar que se suplan las necesidades de los pobres y necesitados, así como las necesidades de los ricos y poderosos.

Entrevista de William Messenger el 29 de julio de 2010, en Hong Kong. El nombre del entrevistado no se publica por solicitud previa.

Al Erisman, “Gloria Nelund: Defining Success in the Financial World” [Gloria Nelund: definiendo el éxito en el mundo financiero] Ethix 80 (Marzo/Abril 2012), disponible en http://ethix.org/category/archives/issue-80.