Sifra y Puá: Dos parteras ezer desafían al rey (Éxodo 1:8-22)

Artículo / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Una consecuencia del pecado de la mujer fue el aumento en la frecuencia de embarazos y el aumento del dolor al dar a luz los bebés (Génesis 3:16). Entran las parteras. Las parteras han sido parte de la experiencia humana desde que tenemos registros históricos2. En Éxodo 1, esta vocación particularmente femenina asume un papel protagónico en un contexto político. El escenario es Egipto, donde el pueblo hebreo está cruelmente esclavizado, obligados a construir las ciudades de Pitón y Ramsés con escasos materiales. «Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y más se extendían, de manera que los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel» (Éxodo 1:12).

El Faraón (rey) les ordenó a las parteras que mataran a todos los bebés varones al nacer, pero las parteras «temían a Dios» y dejaron con vida a los varones. Jonathan Magonet ha denominado a estas dos parteras «los ejemplos más tempranos y en cierta forma los más potentes de resistencia a un régimen malvado». Estas dos valientes mujeres, con una orden de cometer genocidio, arriesgaron la vida al desobedecer al Faraón. Ellas fueron mujeres ezer en el sentido original de la palabra, ayudando a aquellos que necesitaban su ayuda. Dispuestas a oponerse valientemente al mal, estas mujeres usaron su pericia profesional para socorrer a su pueblo en un tiempo de crisis.

A veces las mujeres ezer son llamadas a oponerse a un poder maligno, o a socorrer a los más débiles, o ambas cosas. Uno de los bebés hebreos salvado por las parteras creció para desafiar al Faraón y libertar al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto. Honramos a Moisés como uno de los grandes héroes de la historia hebrea, pero él sobrevivió solo porque dos parteras, Sifra y Puá, arriesgaron la vida cuando contrariaron la orden del rey.

A veces las mujeres (y los hombres) en el mundo laboral de hoy se encuentran enfrentando una orden del jefe que no pueden llevar a cabo éticamente. Conocer la voluntad de Dios y llevarla a cabo en tales circunstancias puede costarles su empleo. Pero tal como Dios honró a las parteras egipcias, Dios honra a aquellos que hoy defienden y luchan por lo correcto en el trabajo.

Papiros del antiguo Egipto reconocen la labor de partera como una ocupación con conocimiento profesional acumulado. https://en.wikipedia.org/wiki/Midwifery#Antiquity