Señor, ten misericordia (Mateo 8-9)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

En los capítulos 5 al 7, escuchamos a Jesús enseñando acerca del reino de los cielos que viene a la tierra. En los capítulos 8 al 9, lo vemos promulgando ese reino por medio de obras de compasión y misericordia: sanando a un leproso marginado (Mt 8:1–4), teniendo compasión de un oficial de las fuerzas ocupantes de los romanos (Mt 8:5–20) y liberando endemoniados que se encuentran en medio de la más grande miseria (Mt 8:28–9:1). En todos estos casos, la compasión de Jesús lo lleva a actuar para reivindicar la creación de Dios. De igual manera, la compasión de Sus seguidores se puede expresar en formas prácticas.

Al evidenciar la venida del reino, Jesús les llama “obreros” a Sus seguidores (Mt 9:37–38). A algunos de nosotros se nos llama a trabajar en la sanación física y emocional, un trabajo similar al de Jesús en estos capítulos. Otros son llamados a ocupaciones que proporcionan alimento, agua, refugio, transporte, educación, atención médica, justicia, seguridad o buena administración, un trabajo similar al de Jesús cuando proporcionó artículos de madera hasta alrededor de sus treinta años. Teniendo en cuenta el tiempo que pasó sanando personas, es sorprendente que la mayoría considere a Jesús como un predicador y no un doctor. Otras personas son llamadas a expresar su creatividad por medio del arte, el emprendimiento, el diseño, la moda, la investigación y el desarrollo, por el hecho de ser creados a la imagen de un Dios creativo (Gn 1). El punto es que para Jesús no existe una separación entre lo secular y lo sagrado, entre los aspectos espirituales y físicos de anunciar el reino de Dios.