La desobediencia de David a Dios causa una pestilencia nacional (1 Crónicas 21:1-17)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

David también sufre otro fracaso que, para nosotros en el siglo veintiuno, puede parecer extraño: realiza un censo del pueblo de Israel. Aunque este parece ser un acto prudente, el texto bíblico nos dice que Satanás incitó a David a que lo hiciera, yendo en contra del consejo del general Joab. Además, “el censo desagradó a Dios, e hirió a Israel” (1Cr 21:7).

David reconoce su pecado al hacer un censo en contra de la voluntad de Dios. Él recibe tres opciones, pero cualquiera de estas perjudicaría a muchas personas en el reino: podía haber (1) tres años de hambruna, (2) tres meses de devastación por la espada de sus enemigos o (3) tres días de una pestilencia en la tierra. David escoge la tercera opción, por la cual mueren setenta mil personas cuando un ángel de muerte pasa por la tierra. En esta situación David clama a Dios, “¿No soy yo el que ordenó enumerar al pueblo? Ciertamente yo soy el que ha pecado y obrado muy perversamente, pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Oh Señor, Dios mío, te ruego que Tu mano sea contra mí y contra la casa de mi padre, pero no contra Tu pueblo, para que no haya plaga entre ellos” (1Cr 21:17).

Probablemente sea difícil también para nosotros entender por qué Dios castigaría a setenta mil personas por causa del pecado de David. Aunque el texto no da una respuesta al respecto, podemos ver que las transgresiones de los líderes perjudican inevitablemente a las personas que están bajo su autoridad. Si los líderes de negocios toman malas decisiones en el desarrollo de productos, las personas en su organización perderán sus trabajos cuando las ganancias se desplomen. Si un gerente de un negocio no hace cumplir las reglas de higiene, los comensales se enfermarán. Si un maestro da buenas notas por un mal trabajo, los estudiantes fracasarán o se quedarán atrás en el siguiente nivel de educación. Aquellos que aceptan posiciones de liderazgo no pueden evadir su responsabilidad por los efectos de sus acciones sobre otras personas.