Planeación de la sucesión (Números 27:12-23)

Construir una organización sostenible —en este caso, la nación de Israel— requiere la transición ordenada de la autoridad. Sin continuidad, el pueblo se confunde y se vuelve temeroso, las estructuras laborales se caen y los trabajadores se vuelven ineficientes, “como ovejas que no tienen pastor” (Nm 27:17). Preparar un sucesor toma tiempo. Los líderes mediocres pueden tener miedo de preparar a alguien capaz de ser su sucesor, pero los grandes líderes como Moisés comienzan a desarrollar sucesores mucho antes del momento de dejar su cargo. La Biblia no nos dice qué proceso usa Moisés para identificar y preparar a Josué, solo dice que ora para que Dios lo guíe (Nm 27:16). Números sí dice que Moisés se asegura de reconocerlo y apoyarlo públicamente y sigue el proceso regular para confirmar su autoridad (Nm 27:17-21).
Planear para la sucesión es responsabilidad tanto del directivo actual (igual que Moisés) como de aquellos que ejercen la autoridad complementaria (como Eleazar y los líderes de la congregación), como vemos en Números 27:21. Las instituciones, ya sean grandes como una nación o pequeñas como un grupo de trabajo, necesitan procesos eficaces para el entrenamiento y la sucesión.