La ofrenda diaria por el pueblo (Números 28 y 29)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Aunque las personas realizan ofrendas individuales y familiares en momentos designados, también hay un sacrificio a favor de toda la nación todos los días (Nm 28:1-8). Hay ofrendas adicionales en el Sabbath (Nm 28:9-10), en los días de luna nueva (Nm 28:11-25), en la Pascua (Nm 28:16-25) y en las fiestas de las semanas (Nm 28:26-31), en los días de tocar las trompetas (Nm 29:1-6), el día de la expiación (Nm 29:7-10) y en las fiestas de las enramadas (Nm 29:12-40). Por medio de estas ofrendas comunitarias, el pueblo recibía los beneficios de la presencia del Señor y de Su favor incluso cuando no adoraban personalmente.[1]

Los sacrificios de los israelitas ya no se realizan en la actualidad y es imposible aplicarlos directamente a la vida y el trabajo hoy día. Sin embargo, la importancia de realizar sacrificios, ofrendas y adoración para el beneficio de los demás permanece (Ro 12:1-6). Algunos creyentes —en particular, ciertas órdenes de monjes y monjas— pasan la mayor parte del día orando por aquellos que no adoran ni oran por sí mismos o los que no tienen la capacidad de hacerlo. No sería correcto que descuidáramos nuestros deberes laborales para dedicarnos a orar, pero en los momentos en los que tenemos la oportunidad de orar, podemos rogar por las personas con las que trabajamos, especialmente si sabemos que nadie más está orando por ellas. Después de todo, somos llamados a traer bendiciones al mundo a nuestro alrededor (Nm 6:22-27). Ciertamente podemos aplicar Números 28:1-8 orando a diario. Orar todos los días, o varias veces al día, nos mantiene más cerca de la presencia de Dios. La fe no es solo para el Sabbath.

Phillip J. Budd, Numbers [Números], vol. 5, Word Biblical Commentary [Comentario bíblico de la Palabra] (Dallas: Word, 1998), 319.