José mitiga la pobreza del pueblo egipcio (Génesis 47:13-26)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Cuando las personas se quedaron sin dinero, José permitió hacer trueques de ganado por alimento. Este plan duró un año, durante el cual José recolectó caballos, ovejas, cabras, ganado y asnos (Gn 47:15-17). Él habría tenido que determinar el valor de estos animales y establecer un sistema equitativo para los intercambios. Cuando el alimento escasea, las personas se preocupan especialmente por su supervivencia y la de sus seres amados. Por esto, ofrecer el acceso a puntos de distribución de alimentos y tratar a las personas imparcialmente se convirtieron en temas administrativos sumamente importantes.

Cuando ya no había más ganado para negociar, las personas se vendían a sí mismas como esclavas voluntariamente y también le vendían sus tierras a Faraón (Gn 47:18-21). Desde la perspectiva del liderazgo, debe haber sido horrible ser testigos de algo como esto. Aunque José les permitía a las personas vender sus tierras y convertirse en esclavos, él no se aprovechó de ellos en su estado de indefensión. José habría tenido que verificar que se les diera el precio correcto a estas propiedades al intercambiarlas por semillas para plantar (Gn 47:23). Él aprobó una ley permanente que establecía que las personas le regresaran a Faraón el veinte por ciento de la cosecha, lo que implicaba crear un sistema para monitorear y hacer cumplir la ley, y establecer un departamento dedicado a administrar las ganancias. En todo esto, José eximió a las familias sacerdotales de vender sus tierras, ya que Faraón les suministraba una porción de alimentos para cubrir sus necesidades adecuadamente (Gn 47:22, 26). Manejar esta población especial habría implicado que tuvieran un sistema distinto y más pequeño de distribución que estaba diseñado especialmente para ellos.

La pobreza y sus consecuencias son realidades económicas. Nuestra primera tarea es ayudar a eliminarlas, pero no podemos esperar el éxito total hasta que se cumpla el reino de Dios. Tal vez los creyentes no tengamos el poder de cambiar las circunstancias que obligan a las personas a tomar decisiones difíciles, pero podemos encontrar maneras de apoyarlos mientras las enfrentan, sean creyentes o no. Escoger el mejor de dos males puede ser un trabajo necesario y algo emocionalmente devastador. En nuestro trabajo, podemos experimentar la tensión que genera sentir empatía por los necesitados, aunque tengamos la responsabilidad de hacer lo que es bueno para las personas y organizaciones para las que trabajamos. José experimentó la guía de Dios en estas tareas difíciles y nosotros también hemos recibido la promesa de Dios de “nunca te dejaré ni te desampararé” (Heb 13:5).

Afortunadamente, usando su habilidad y sabiduría dadas por Dios, José ayudó a Egipto a atravesar la crisis agrícola. Al comienzo de los siete años de buenas cosechas, José desarrolló un sistema de almacenamiento para guardar el grano que sería usado durante la sequía. Cuando llegaron los siete años de sequía, “José abrió todos los graneros” y proporcionó suficiente alimento para ayudar al pueblo egipcio a soportar la hambruna. Su sabia estrategia e implementación efectiva del plan también permitieron que Egipto abasteciera de grano al resto del mundo durante el tiempo de escasez (Gn 41:57). En este caso, el cumplimiento de la promesa de que los descendientes de Abraham serían una bendición para el mundo, no solo ocurrió para el beneficio de otras naciones sino incluso por medio de la industria de una nación extranjera, Egipto.

De hecho, la bendición de Dios para el pueblo de Israel vino después de Su bendición para los extranjeros y además, a través de esta. Dios no levantó a un israelita en la tierra de Israel para que aportara lo necesario y así aliviar al pueblo durante la hambruna. En vez de eso, Dios capacitó a José en su trabajo en el gobierno egipcio y por medio del mismo dio la provisión para las necesidades del pueblo de Israel (Gn 47:11-12). No obstante, no debemos idealizar a José. Al ser un oficial en una sociedad que en ocasiones era represiva, él hizo parte de su estructura de poder y personalmente impuso la esclavitud para un gran número de personas (Gn 47:21).