El pecado y la esperanza siguen presentes en el trabajo (Malaquías 1:1-4:6)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Incluso en el tiempo de restauración, el pecado humano sigue estando cerca. Malaquías, el tercero de los profetas del tiempo de restauración, se queja de que algunas personas están comenzando a obtener ganancias por medio de la explotación de los más vulnerables en la sociedad israelita, en particular defraudando a los trabajadores con sus sueldos (Mal 3:5). Dios mismo les dice que cuando defraudan a otras personas, “me estáis robando” (Mal 3:8, énfasis agregado). No es sorprendente que tales personas también contaminen la adoración del templo ahorrándose lo que contribuyen en las ofrendas (Mal 1:8–19) y como resultado, el medioambiente también se ve afectado (Mal 3:11).

Aun así, la esperanza de los profetas permanece y en el centro de ella se encuentra el trabajo. Esta comienza con una promesa de restaurar la infraestructura religiosa y social del templo.

He aquí, Yo envío a Mi mensajero, y él preparará el camino delante de Mí. Y vendrá de repente a Su templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el mensajero del pacto en quien vosotros os complacéis, he aquí, viene —dice el Señor de los ejércitos. (Mal 3:1)
Y continúa con la restauración del medioambiente. Dios promete, “Reprenderé al devorador” (Mal 3:11a) y agrega que serán “una tierra de delicias” (Mal 3:12). Las personas realizan su trabajo con principios éticos (Mal 3:14, 18) y un resultado es que la economía se restaura, incluyendo “los frutos del suelo” y “vuestra vid en el campo” (Mal 3:11b).