El liderazgo de servicio (Juan 13)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Hasta este punto en Juan, hemos visto a Jesús haciendo el trabajo que nadie más había hecho antes —convertir el agua en vino, darle vista a los ciegos, resucitar a los muertos. Pero ahora hace lo que casi todos pueden hacer, pero pocos quieren: lavar los pies. El rey hace el trabajo de un esclavo.

Con esto, Jesús lleva a un punto crítico la pregunta que nos ha estado siguiendo a lo largo de todo el Evangelio de Juan: ¿hasta qué punto el trabajo de Jesús es un ejemplo para nuestro propio trabajo? Sería fácil responder, “en nada en absoluto”. Ninguno de nosotros es el Señor. Ninguno de nosotros murió por los pecados del mundo. Pero cuando Él lava los pies de los discípulos, les dice explícitamente —y a nosotros por extensión— que debemos seguir Su ejemplo. “Pues si Yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo” (Jn 13:14–15). Jesús es un ejemplo que debemos seguir, en todo lo que sea posible.

Esta actitud de servicio humilde debería acompañar todo lo que hacemos. Si el Director ejecutivo camina por el área de producción, debería ser como si viniera a lavar los pies de los que trabajan en el ensamblaje. Así que, también, quien trabaja en una estación de gasolina debería limpiar los pisos del baño como si estuviera allí para lavar los pies de los conductores de autos. Este no es tanto un tema de acción como de actitud. Es probable que tanto el Gerente como el encargado de la estación de gasolina puedan servir mejor a las personas por medio de otras actividades diferentes a lavar los pies, incluso aunque sus empleados o clientes estuvieran dispuestos a que lo hicieran. Sin embargo, deben verse a sí mismos como personas que proveen un servicio humilde. Jesús, el maestro lleno del Espíritu que reina sobre todo el cosmos, realiza deliberadamente un acto concreto de servicio humilde para demostrar lo que debería ser la actitud usual de Su pueblo. Al hacerlo, dignifica y demanda de Sus seguidores actos humildes de servicio. ¿Por qué? Porque hacerlos nos pone frente a frente de manera tangible con la realidad de que el trabajo piadoso se realiza para el beneficio de otros, no solamente para satisfacción propia.

Los negocios y el gobierno le han prestado bastante atención al concepto del liderazgo de servicio en los últimos años. Este surge no solo en el Evangelio de Juan, sino también en muchas partes de la Biblia. [1]

Otros recursos incluyen Servant Leadership [Liderazgo de servicio] de Robert Greenleaf (Mahwah, NJ: Paulist Press, 1977) y Leadership Is an Art [El liderazgo es un arte] de Max De Pree (Nueva York: Doubleday, 1992).