Epílogo — Se restablece la prosperidad de Job (Job 42:7-17)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

La última sección de Job contiene un final de libro de cuentos en el que muchas de las fortunas de Job son restauradas —muchas pero no todas. Él recibe el doble de la riqueza que tenía antes (Job 42:10), más un nuevo grupo de siete hijos y tres hijas (Job 42:13). Sin embargo, sus primeros hijos han muerto para siempre, lo que no representa un buen intercambio. Por tanto, aunque leemos que los últimos tiempos de Job fueron bendecidos “más que los primeros” (Job 42:12), sabemos que todavía debe haber un sabor amargo en su boca. Sabemos, luego de la resurrección del Hijo de Dios, lo que Job no sabía —que la redención definitiva de Dios viene solamente cuando Cristo regrese a cumplir Su reino.

Job les deja una herencia a sus hijas (Job 42:13-15)

Job hace algo sorprendente como resultado de su sufrimiento: les deja su herencia tanto a sus hijas como a sus hijos (Job 42:15). Dejarles herencia a las hijas no era algo que se hiciera en el Cercano Oriente antiguo, así como fue ilegal en gran parte de Europa hasta los tiempos modernos. ¿Qué pudo llevar a Job a tomar este paso sin precedentes? ¿Su dolor por el hecho de no haber podido hacer nada por sus hijas difuntas le hizo tomar la decisión de hacer todo lo que estuviera a su alcance por las hijas que aún estaban vivas? ¿Este dolor fue el motor que lo llevó a pasar por encima de las barreras sociales contra la igualdad de las mujeres en este sentido? ¿Su sufrimiento abrió su corazón al sufrimiento de otros? O, ¿sus exigencias implacables de conocer la justicia de Dios fueron respondidas por una comprensión mayor del amor de Dios por hombres y mujeres? Aunque no conocemos el motivo, podemos ver el resultado. Aunque no haya ningún otro efecto en esta vida, el resultado de nuestro sufrimiento puede ser la liberación de otros de su propio dolor.

Fin del libro

Terminamos el libro de Job con observaciones y preguntas, en vez de conclusiones certeras. Job prueba su fidelidad a Dios en la prosperidad y la adversidad, lo que con seguridad es un ejemplo para nosotros. Sin embargo, los juicios detestables que dieron sus amigos son una advertencia de que no debemos aplicar con demasiada seguridad cualquier modelo en nuestras propias vidas.

Dios prueba Su fidelidad para Job. Esta es nuestra esperanza suprema y consuelo. Aun así, no podemos predecir cómo se manifestará Su fidelidad en nuestras vidas hasta que Sus promesas se cumplan en los nuevos cielos y nueva tierra. Sería insensato juzgar a otros o incluso a nosotros mismos basados en la evidencia incompleta que tenemos disponible, la sabiduría escasa que somos capaces de alcanzar y las perspectivas minúsculas que tenemos. Con frecuencia, ante las preguntas más difíciles acerca de las circunstancias de nuestras vidas, la respuesta más sabia puede ser, “no sé”.