El llamado al trabajo (Jeremías 1)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Como hemos visto, Dios preparó a Jeremías desde antes de su nacimiento para el trabajo de profeta (Jer 1:5) y, en el momento oportuno, lo designó para dicha labor (Jer 1:10). Jeremías respondió con fidelidad al llamado de Dios para su trabajo y Dios le dio el conocimiento que necesitaba para realizarlo (Jer 1:17). 

Aunque la profesión de Jeremías era profeta, no existe una razón válida para creer que el patrón del llamado de Dios, seguido por una respuesta fiel del ser humano y luego por la provisión de Dios para la labor, es limitada solo para los profetas. Dios llamó y equipó a José (Gn 39:1–6; 41:38–57), Bezaleel y Aholiab (Éx 36–39) y David (1S 16:1–13) para trabajos de ministro financiero, jefes de construcción y rey, respectivamente. En el Nuevo Testamento, Pablo dice que Dios prepara para el trabajo a todas las personas fieles de acuerdo con Sus propósitos para el mundo (1Co 12–14). Podemos ver en Jeremías un patrón para todos aquellos que siguen a Dios fielmente en su trabajo. Como lo dijo William Tyndale hace mucho tiempo:

No existe un trabajo que pueda agradar más a Dios que los demás: servir un vaso de agua, lavar los trastes, ser zapatero, o apóstol, todos son iguales; lavar los trastes y predicar son iguales, en lo que concierne a la acción, para agradar a Dios.[1]

Dios sabe de qué manera —igual que Jeremías— estamos construidos de acuerdo con Su diseño. Dios nos guía a usar nuestras habilidades y talentos en formas piadosas en el mundo. Es probable que no tengamos el mismo llamado que Jeremías y que nuestro llamado no necesariamente sea tan directo, específico e incuestionable como el de él. Sería un error pensar que nuestro llamado al trabajo debe parecerse al de Jeremías. Tal vez Dios fue extraordinariamente directo con este profeta porque estaba tan reacio a aceptar el llamado del Señor. De cualquier manera, podemos tener la confianza de que Dios nos dará lo que necesitamos para hacer nuestra labor, sea la que sea, si le somos fieles a Él en el trabajo.[2]

Citado en Parker Society Vol. 42 (Cambridge: Cambridge University Press, 1841), 102.

Ver “Calling” [el llamado] en “Key Topics” [temas clave], en www.theologyofwork.org.