El trabajo de las parteras y las madres (Éxodo 1:15-2:10)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

En medio del trato hostil, los israelitas permanecieron fieles a los mandatos de Dios de ser fecundos y multiplicarse (Gn 1:28). Esto implicaba dar a luz a los hijos, lo que a su vez dependía del trabajo de las parteras. Además de su presencia en la Biblia, el trabajo de partería se demuestra claramente en la antigua Mesopotamia y Egipto. Las parteras ayudaban a las mujeres a dar a luz a sus hijos, cortaban el cordón umbilical del bebé, lo bañaban y se lo entregaban a la madre y el padre.

Las parteras en esta narrativa tienen temor de Dios, lo que las lleva a desobedecer la orden de Faraón de matar a todos los niños varones nacidos de las mujeres hebreas (Éx 1:15-17). Por lo general, el “temor del Señor” (y las expresiones relacionadas) en la Biblia se refieren a una relación obediente y saludable con el Dios de pactos de Israel (el hebreo YHWH). Su “temor de Dios” era más fuerte que cualquier temor que pudiera infundirles el Faraón de Egipto. Además, es posible que su valentía surgiera de su trabajo. ¿Será que aquellos que a diario cuidan el nacimiento de nueva vida llegaron a valorarla tanto que el asesinato se convirtió en algo impensable, incluso si lo ordenaba un rey?

La madre de Moisés, Jocabed (Éx 6:20), fue otra mujer que enfrentó una decisión aparentemente imposible con una solución creativa. Apenas podemos imaginar su alivio cuando, de forma secreta y exitosa, dio a luz a un hijo varón, pero a esto le siguió su dolor al tener que ponerlo en el río y hacerlo de una forma en que pudiera realmente salvar su vida. Los paralelos con el arca de Noé —la palabra hebrea para “canasta” se usa solamente una vez más en la Biblia, específicamente para el “arca” de Noé— nos muestran que Dios no solo actuó para salvar a un bebé varón, o incluso una nación, sino también para redimir a toda la creación por medio de Moisés e Israel. Similar a la recompensa para las parteras, Dios le mostró Su bondad a la madre de Moisés. Ella recuperó a su hijo y lo amamantó hasta que tuvo edad suficiente para ser adoptado como el hijo de la hija de Faraón. Es bien conocido que el trabajo piadoso de dar a luz y criar hijos es complejo, demandante y loable (Pr 31:10-31). En Éxodo, no encontramos información acerca de los problemas internos que experimentó Jocabed, la heroína olvidada. Desde un punto de vista narrativo, la vida de Moisés es el tema principal, pero más adelante en la Biblia se elogia a Jocabed y Amram, el padre de Moisés, por poner su fe en acción (Heb 11:23).

Muy frecuentemente, el trabajo de dar a luz y criar hijos es ignorado. A menudo, las madres especialmente reciben el mensaje de que la crianza de los hijos no es tan importante o digno de alabanza como otros trabajos. Aun así, cuando Éxodo habla de cómo seguir a Dios, lo primero que relata es la incomparable importancia de dar a luz, criar, proteger y ayudar a los niños. El primer acto de valentía en este libro lleno de acciones valientes, es la osadía de una madre, su familia y las parteras al salvar a su hijo.