El uso correcto del poder (Salmo 136)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

El poder es esencial para la mayor parte del trabajo y se debe ejercer correctamente. El Salmo 136 establece el uso correcto del poder mostrando cuatro ejemplos de la forma en la que Dios lo hace.

El primer ejemplo se encuentra en los versículos 5 al 9, en donde se muestra que Dios usó el poder para crear el mundo, “Al que con sabiduría hizo los cielos… Al que extendió la tierra sobre las aguas” (Sal 136:5-6). Esto nos lleva de regreso a Génesis 1, al Dios de la creación que proporciona en nuestro mundo todo lo que necesitamos para progresar. Pero observe el orden en el que Dios trabaja —primero crea los sistemas (la tierra, el agua, la noche, el día, el sol y la luna) que eran necesarios para la supervivencia de las criaturas que vienen después (las plantas, los animales terrestres, las criaturas acuáticas y las que vuelan). Dios no creó a los animales antes de que hubiera tierra seca y plantas para sustentarlos. Cuando creamos tareas o sistemas, usamos el poder apropiadamente al crear ambientes en los que nosotros y las personas a nuestro alrededor no solo sobreviven, sino que prosperan. Para más información sobre la provisión de Dios en la creación, ver “Provisión” (Génesis 1:29-30; 2:8-14) en “Génesis 1-11 y el trabajo” en el Comentario Bíblico de la Teología del Trabajo".

El segundo ejemplo se encuentra en Salmos 136:10-15, cuando Dios libera a Su pueblo de la esclavitud en Egipto. El tercero viene inmediatamente después, cuando Dios derriba a los reyes cananeos que se oponen a que Israel se establezca en la tierra prometida (Sal 136:16-22). Estos tres ejemplos nos muestran que Dios usa el poder para liberar a las personas de la opresión y para oponerse a aquellos que buscan evitar que los demás alcancen el bien que Dios diseñó para ellos. Cuando nuestro trabajo libera a otros para que cumplan su destino en el diseño de Dios, estamos usando el poder correctamente. Cuando nuestro trabajo hace que los trabajadores sean esclavos o cuando nos oponemos al trabajo de Dios en y por medio de ellos, estamos abusando del poder.

El cuarto ejemplo se encuentra al final del salmo. “El que se acordó de nosotros en nuestra humillación… y nos rescató de nuestros adversarios… El que da sustento a toda carne” (Sal 136:23-25). Dios reconoce amorosamente nuestras debilidades y provee para nuestras necesidades. Cuando usamos el poder para hacer un trabajo que beneficia a otros, estamos usando el poder como Dios lo haría.

Finalmente, para el uso apropiado del poder, todos los versículos del Salmo 136 nos recuerdan que debemos darle gracias a Dios “porque para siempre es Su misericordia”.