La ofrenda de nuestras primicias para Dios (Números 15:20-21; 18:12-18)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Partiendo de los sacrificios descritos en Números 4 y 7 se describe la ofrenda del primer producto del trabajo y de la tierra para Dios en dos pasajes en Números 15 y 18. Además de las ofrendas descritas anteriormente, los israelitas deben ofrecerle a Dios “Los primeros frutos maduros de todo lo que hay en su tierra” (Nm 18:13). Ya que Dios es soberano en cuanto a la posesión de todas las cosas, todo el producto de la tierra y el mismo pueblo ya le pertenecen al Señor en realidad. Cuando las personas traen las primicias al altar, reconocen que Dios es dueño de todo, no solamente de lo que queda después de que satisfacen todas sus necesidades. Al traer las primicias antes de usar el resto del producto, expresan respeto hacia la soberanía de Dios, y muestran la esperanza de que Dios bendecirá la productividad continua de su labor y sus recursos.[1]

Las ofrendas y los sacrificios de Israel son diferentes a las donaciones y ofrendas que hacemos hoy para el trabajo de Dios, pero el concepto de darle nuestras primicias al Señor se sigue aplicando. Cuando damos primero para Dios, reconocemos que Él es el dueño de todo lo que tenemos. Por lo tanto, le damos lo primero y lo mejor. De esta forma, ofrecer nuestras primicias se convierte en una bendición para nosotros así como lo era para el antiguo pueblo de Israel.

Richard O. Rigsby, “First Fruits” [Los primeros frutos], en The Anchor Yale Bible Dictionary [Diccionario bíblico Anchor Yale], ed. David Noel Freedman (Nueva York: Doubleday, 1992), 797.