Conclusión de Hebreos

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Hebreos nos invita al mundo de la promesa de Dios para Abraham —una promesa de llevar a toda la humanidad a Su reino sagrado. Este libro anuncia el cumplimiento de la voluntad de Dios de incorporar todo el cosmos en la esfera de Su propia santidad. Como un pueblo en un peregrinaje hacia el reino de Dios, estamos llamados a invertir nuestras vidas, incluyendo nuestra vida laboral, en el cosmos que Dios diseñó y construyó. El libro de Hebreos nos exhorta a estar contentos con lo que Dios provee y a trabajar por la paz (shalom) y la santidad de todos. Debemos sufrir con alegría la pérdida del honor y las posesiones por el gozo que está por delante de nosotros. En este viaje, el Hijo de Dios nos provee, nos alienta y nos anima. Él es el verdadero sacerdote cuyo sacrificio propio abre un camino para que el mundo sea purificado y restaurado a lo que Dios deseó desde el comienzo. Incluso en medio de nuestro sufrimiento, la gratitud debe ser nuestra actitud básica y la fuente de perseverancia. Cristo nos llama a dar a conocer los valores de Su reino dentro de la estructura económica, social y política de un mundo caído. Esto requiere escapar de la trampa de vivir por el dinero. Lo que hacemos, y lo que dejamos de hacer, declara estos valores. Tenemos un trabajo, sin importar nuestra ocupación, y una meta, que es “hacer Su voluntad, obrando Él en nosotros lo que es agradable delante de Él mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos” (Heb 13:21).