El trabajo de Dios, el trabajo de Jesús (Colosenses 1:15-20)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

La primera mitad de la carta de Pablo a los colosenses se puede resumir en nueve palabras:

Jesús lo creó todo.

Después, Jesús pagó por todo.

Jesús lo creó todo

La carta a los colosenses da por sentado que el lector está familiarizado con las palabras de apertura del primer libro de la Biblia, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn 1:1). Después, el segundo capítulo de Génesis declara que “en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho” (Gn 2:2). La creación de todo lo que existe fue un trabajo, incluso para Dios. Pablo nos dice que Cristo estaba presente en la creación y que el trabajo de Dios en la creación es el trabajo de Cristo:

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. (Col 1:15–17)

En otras palabras, Pablo le atribuye toda la creación a Jesús, un tema que también se desarrolla en el Evangelio de Juan (Jn 1:1–4).

Jesús pagó por todo

Luego, Pablo les aclara a sus lectores que Jesús no solo fue el agente que creó todo lo que existe, sino que también es el agente de nuestra salvación:

Porque agradó al Padre que en Él habitara toda la plenitud, y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. (Col 1:19–20)

Pablo pone uno junto a otro el trabajo de Cristo en la creación y Su trabajo en la redención, con cuestiones relacionadas con la creación que dominan la primera parte del pasaje (Col 1:15–17) y temas sobre la redención que predominan en la segunda mitad (Col 1:18–20). El paralelismo es especialmente sorprendente entre el 1:16, “en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra”, y el 1:20, “por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo”. El patrón es fácil de identificar: Dios creó todas las cosas por medio de Cristo y Él está reconciliando esas mismas cosas consigo mismo por medio de Cristo. James Dunn escribe,

Lo que se está afirmando es simple y profundamente que el propósito divino en el acto de la reconciliación y el establecimiento de paz era restaurar la armonía de la creación original… resolviendo la desarmonía de la naturaleza y las inhumanidades de la raza humana, que el carácter de la creación de Dios y el interés de Dios por el universo en su máxima expresión podrían capturarse y encapsularse de tal manera para ellos en la cruz de Cristo.[2]

En resumen, Jesús lo creó todo y después, Jesús pagó por todo para que podamos tener una relación con el Dios viviente.

James D. G. Dunn, The Epistles to the Colossians and to Philemon: A Commentary on the Greek Text [Las epístolas a los colosenses y a Filemón: un comentario sobre el texto griego], The New International Greek Testament Commentary [El comentario del Nuevo Testamento griego internacional] (Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 104.