La ética de negocios (Salmos 15, 24, 34)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

El Salterio habla bastante acerca de la ética laboral. Salmos 15:1 y 5 dicen, “Señor, ¿quién habitará en Tu tabernáculo? ¿Quién morará en Tu santo monte? El que su dinero no da a interés, ni acepta soborno contra el inocente. El que hace estas cosas permanecerá firme”. Si acordamos que no necesariamente se prohíben los intereses en la Biblia para el contexto contemporáneo (ver ¿La Biblia prohíbe cobrar intereses?” en www.teologiadeltrabajo.org), la aplicación de este Salmo es que no debemos aprovecharnos de otros en el lugar de trabajo. Un ejemplo serían los préstamos que llevan a los deudores angustiados a una deuda mayor, igual que las tarjetas de crédito que intencionalmente atrapan titulares de tarjetas inadvertidos en cobros inesperados y aumentos de las tasas de interés. En un sentido más amplio, cualquier producto o servicio que atenta contra las personas vulnerables (o “inocentes”) y los deja en una situación peor, es una violación de la ética del Salterio. La buena ética de negocios —y sus equivalentes en otros campos de trabajo— requiere que los clientes se beneficien genuinamente de los bienes y servicios que se les ofrecen.

En este tema, Salmos 24:4-5 aporta la idea de que Dios acepta “El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño. Ese recibirá bendición del Señor, y justicia del Dios de su salvación”. La falsedad descrita aquí es el falso testimonio. Igual que en el mundo moderno, en el mundo antiguo era difícil estar involucrado en negocios sin algunas veces quedar atrapado en pleitos legales. Este pasaje nos mueve a testificar honestamente y no desvirtuar la justicia con el fraude. Cuando otros son inescrupulosos, nuestra honestidad puede costarnos ascensos perdidos, transacciones de negocios, elecciones, calificaciones y publicaciones. Sin embargo, a largo plazo, tales tropiezos son triviales en comparación con la bendición y vindicación de Dios (Sal 24:5).

La ética también sale a la luz en Salmos 34:12-13: “¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño”. Este pasaje se puede referir a cualquier clase de engaño, calumnia o fraude. La referencia a “muchos días para ver el bien” simplemente señala que si usted engaña a otras personas o las calumnia, lo más probable es que esté haciendo enemigos. En casos extremos, esto podría llevar a que le causen la muerte, pero incluso si no es así, la vida rodeada de enemigos no le ayudará a ver el bien. Si la vida es su principal deseo, los amigos de confianza son mucho más provechosos que las ganancias mal habidas. Es posible que una vida de integridad sea costosa en términos terrenales. En un país corrupto, es posible que una persona de negocios que no soborna a otros o un empleado público que no acepta sobornos no tengan la posibilidad de recibir un sueldo estable. El salmo reconoce que, “Muchas son las aflicciones del justo”, aunque agrega, “pero de todas ellas lo libra el Señor” (Sal 34:19). Trabajar con integridad puede que resulte en la prosperidad pero puede que no, y la integridad ante los ojos de Dios es su propia recompensa.