Cómo es restaurado el descanso: El sabbat y la redención de Jesús en el Nuevo Testamento

Artículo / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

¿Qué puede liberar a las personas de este ciclo destructivo y egocéntrico para que puedan experimentar el descanso que necesitan? A pesar de que muchos quisieran que el descanso fuera una cuestión de estricta disciplina, las personas no pueden simplemente programar periodos regulares de descanso en sus calendarios y esperar experimentar el profundo descanso menuha que describió Heschel. El problema más profundo con el descanso no es una cuestión de programarse. Es una cuestión de confiar en Dios. De alguna manera, el corazón de las personas tiene que ser cambiado.

En el Nuevo Testamento, dos pasajes clarifican cómo Dios está restaurando el descanso. En el primer pasaje, Jesús hace la inequívoca y controversial aseveración de que él le dará descanso a la gente.

Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera (Mateo 11:28-30).

Esta aseveración enfurece a algunos israelitas porque solo Dios puede proveer esa clase de descanso, como en Éxodo 33:14: «Mi presencia irá contigo, y yo te daré descanso». Precisamente la intención de Jesús es identificarse como el único y verdadero Dios que puede proveer la clase de descanso que se le promete a Israel. Pero ¿cómo puede Jesús proveer este descanso?

En el segundo pasaje del Evangelio de Mateo, Jesús hace otra sorprendente declaración de que él es más grande que el sabbat, pues él es «Señor del día de reposo» (Mateo 12:8).

Pues os digo que algo mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa: «Misericordia quiero y no sacrificio», no hubierais condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo (Mateo 12:6-8).

Jesús hace la dramática aseveración de que él provee un descanso más grande del que puede ofrecer la ley del sabbat. ¿De qué manera provee Jesús un descanso más profundo que la ley sabática? Romanos da una explicación.

Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu (Romanos 8:3-4).

La ley sabática por sí misma no tiene la capacidad de tratar el problema más profundo en el interior de las personas. El cuarto mandamiento enseña que las personas deben descansar, pero no puede darles la capacidad de hacerlo porque un mandamiento por sí mismo es impotente para cambiar el corazón. La común incapacidad de descansar expone más bien un problema mucho más profundo. La gente desea ser autosuficiente sin Dios, y, no obstante, el esfuerzo necesario para hacerlo deja a las personas exhaustas y vacías. Aquí es donde entra la buena noticia del evangelio. Según Romanos (ver abajo), Dios sabe que la ley es impotente para cambiar el corazón. Jesús se refiere a sí mismo como Señor del sábado porque él hace algo que la ley sabática jamás podría hacer. Dios quiere tener comunión con su pueblo mediante el descanso, pero las personas no pueden tener comunión con Dios si tienen miedo de su condenación. Jesús libra de condenación a las personas perdonando todo pecado mediante su sacrificio en la cruz. Cuando hace esto, Jesús les concede a los cristianos un renovado acceso a Dios que los individuos jamás podrían ganar o conseguir por su propia cuenta. Al no estar ya separadas de Dios por causa del pecado, ahora las personas pueden entrar en una verdadera comunión de descanso con Dios.

En efecto, un análisis de la fe cristiana, tal como se expone en las cartas a la iglesia primitiva, concuerda respecto a lo que Cristo ha adquirido para las personas en cuanto al descanso.

En primer lugar, en Cristo los creyentes son salvos de la condenación bajo la ley.

Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu (Romanos 8:1-4).

Dado que las personas ya no necesitan tenerle miedo a Dios, los creyentes ya no se sienten obligados a trabajar incesantemente en un fútil intento de agradar a Dios.

Al establecer el perdón, Cristo reconcilia la relación de cada persona con Dios. Al hacerlo, Jesús restaura la posibilidad de que las personas experimenten una comunión de amor con Dios.

Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 8:38-39).

Según este pasaje, todas las personas deberían ser capaces de experimentar una reposada relación con Dios, pese a cualquier obstáculo del mundo real.

Además, mediante el sacrificio de Cristo, se restaura la relación de padre a hijo entre Dios y su pueblo.

Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Él (Romanos 8:15-17).

Cristo restablece todos los privilegios y beneficios de ser un hijo de Dios que él les dio a las personas en el huerto del Edén. Al ser adoptados como hijos de Dios, las personas tienen todo el derecho a pedir lo que necesitan, y Dios promete no retenerles nada bueno (Romanos 8:32; 2 Corintios 9:8). Además, las personas tienen el honor de asociarse con Dios en la labor que él pretende hacer en el mundo.

Un espíritu de adopción no niega la posibilidad del sufrimiento en la vida de un cristiano. Antes bien, se puede considerar el sufrimiento como parte de asumir los asuntos de la familia. A veces las personas tienen la oportunidad de sufrir con Dios de la misma manera en que Jesús acompaña a las personas que están sufriendo. Ya sea que los creyentes se sientan extremadamente provistos o en extrema necesidad, el sacrificio de Jesús significa que ya no tienen que volverse a su propio trabajo como la fuente última de seguridad e identidad.

De manera similar, cuando las personas se asocian con Dios en su labor de restaurar el mundo a su intención original, el Espíritu Santo los capacita para profundizar su relación con los demás. Es solo mediante el sacrificio de Jesús que las personas reciben el don del Espíritu Santo (Juan 16:7). Gracias al Espíritu Santo, a los seguidores de Jesús les resulta posible dar sacrificialmente su tiempo y propiedades para los demás (Hechos 4:34). Dios les da a sus seguidores su mismo Espíritu para capacitarlos para vivir por fe, trabajar por fe, y finalmente descansar con fe.

La última noción sobre esta materia en el Nuevo Testamento es que Cristo regresará un día para restaurar plenamente la intención de Dios para ambos, trabajo y descanso. En el mundo caído que continúa hoy, las personas siempre estarán sujetas a un patrón de frustración, agotamiento, y parcial recuperación. Pero cuando Cristo vuelva para hacer del mundo lo que Dios siempre pretendió que fuera, restablecerá un patrón integrado de trabajo con propósito en asociación con Dios y descanso en perfecta comunión con él. El siguiente pasaje de Apocalipsis revela los dos temas de trabajo y descanso.

Y el ángel me dijo: «Escribe: “Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero”». Y me dijo: «Estas son palabras verdaderas de Dios». Entonces caí a sus pies para adorarle. Y me dijo: «No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía» (Apocalipsis 19:9-10).

La vida en la nueva creación incluirá tanto trabajo (en servicio junto con los ángeles) como descanso (disfrutar las bodas del Cordero). El trabajo y el descanso humanos en la era venidera tendrán lugar en perfecta asociación con Dios. Los creyentes pueden esperar este futuro con expectación, aun mientras cada persona se esfuerza por experimentar cercanía con Dios en su trabajo y descanso ahora (Hebreos 4:1).

¿Tienen los cristianos el deber de guardar semanalmente el sabbat?

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El sacrificio de Jesús les otorga a los cristianos la libertad de entrar en el descanso de Dios perpetuamente. Por lo tanto, es una pregunta abierta si la práctica de guardar un día semanal de descanso, denominado día de reposo o sábado en el Antiguo Testamento, es necesaria para un creyente cristiano. La Escritura del Nuevo Testamento parece darle al cristiano la libertad de elegir por sí mismo la respuesta a esta pregunta.

Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir. El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda; y el que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene, y da gracias a Dios (Romanos 14:5-6).

Algunos cristianos interpretan este pasaje como autorización para no tener un día sabbat formal, aunque Romanos claramente sostiene que quienes eligen guardar un sabbat no deben ser juzgados por ello. Ya sea que un creyente aparte un día específico para el sabbat, o descanse solo según el espíritu lo guíe, este pasaje de Romanos indica que ambas prácticas deben incluir el agradecimiento a Dios.

Aunque las personas son libres de elegir cuándo y cómo descansar, existen argumentos convincentes tanto para observar un descanso sabático semanal como para adorar colectivamente con otros cristianos en un día habitual de la semana (ya sea que esto último se sienta como descanso o no para un individuo). Alguna forma de reunión semanal que involucra adoración ha sido ampliamente observada a lo largo de la historia de la iglesia.

Los discípulos de Jesús ciertamente van al templo, aunque no sea por otro motivo que convencer a otros de que Jesús es el Mesías.

Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, según su costumbre, fue a ellos y por tres días de reposo discutió con ellos basándose en las Escrituras, explicando y presentando evidencia de que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y diciendo: «Este Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo». Algunos de ellos creyeron, y se unieron a Pablo y a Silas, juntamente con una gran multitud de griegos temerosos de Dios y muchas de las mujeres principales (Hechos 17:1-4).

En efecto, la práctica de Pablo es asistir a la reunión sabática en cada pueblo que visita, y usar esa plataforma para proclamar la buena noticia acerca de Jesús. Esto no parece particularmente reposado para él (de hecho, sus discursos a menudo van seguidos de violentos estallidos del populacho), y quizá el descanso no sea la razón primordial por la que observa esta costumbre.

Jesús demuestra en su propia vida dos prácticas distintas de sabbat. Jesús participa tanto en descanso espiritual personal como en experiencias de adoración comunitaria. Jesús tiene momentos a solas para descansar en la presencia de Dios (Mateo 14:13). En otros momentos, utiliza la adoración sabática judía para llegar a otros con su mensaje de salvación (Lucas 4:16-21). Dado que en la vida de Jesús son importantes tanto el descanso personal como la adoración comunitaria, los cristianos modernos harían bien en tomar decisiones similares con la libertad que Dios les da.

Ya sea que las personas elijan o no descansar en un patrón semanal específico, aquellos que supervisan a otras personas tienen la responsabilidad de asegurar que estos trabajadores tengan un acceso adecuado al descanso. El mandato de Dios a los israelitas revela su profunda preocupación por el descanso de las personas:

Mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el forastero que está contigo, para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú. Y acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por lo tanto, el Señor tu Dios te ha ordenado que guardes el día de reposo (Deuteronomio 5:14-15).

En este pasaje, el fin de la esclavitud trae libertad para descansar. La libertad de los cristianos para observar el sabbat como ellos elijan debe mirarse siempre bajo esta luz. El descanso esencialmente es libertad del incesante trabajo que es propio de la esclavitud 14. Puesto que Dios libera a los israelitas de la esclavitud en Egipto, él espera que sus seguidores como mínimo se abstengan de esclavizar a otros. Además, el sacrificio de Jesús de su propia vida no se limita a un grupo religioso, sino que es «por muchos» (Mateo 26:28). Por lo tanto, cuando los gerentes protegen el tiempo de descanso de los empleados, pueden ver esta práctica gerencial como una asociación con Dios en su continua obra de liberación.

Las disposiciones para el descanso de todos los trabajadores pueden tomar diferentes formas en diferentes industrias u organizaciones. Bandwidth (bandwidth.com), una compañía de telecomunicaciones con base en Carolina del Norte, tiene una política de que todos deben salir del trabajo a las 6 p. m. a fin de que pasen el tiempo de la cena con sus seres queridos. Si es necesario, las personas pueden trabajar desde casa después de las 8 p. m. o algo similar, pero se espera que los trabajadores no trabajen ni se comuniquen entre sí al menos de las 6 a las 8. El cofundador Henry Kaestner dice que el sabbat bíblico es una inspiración para la política, no por su particularidad religiosa, sino porque les brinda a todos el tiempo para el descanso y las relaciones15.

La cadena de restaurantes de comida rápida Chick-fil-A es conocida por estar cerrada los domingos. Esta ciertamente es una forma de asegurar que todos tengan un día libre, al menos de su trabajo en la compañía. Según el sitio web de la compañía, la decisión de su fundador Truett Cathy de hacer del sabático semanal una política de la compañía «era tanto práctica como espiritual. Él cree que todos los operadores y empleados de restaurantes con la franquicia de Chick-fil-A deben tener una oportunidad de descansar, pasar tiempo con la familia y amigos, y adorar si deciden hacerlo». Además, idealmente todos los que trabajan en la compañía no sienten la necesidad de trabajar en otro lugar el domingo para llegar a fin de mes.

https://www.teologiadeltrabajo.org/antiguo-testamento/deuteronomio/la-ley-de-dios-y-sus-aplicaciones/los-diez-mandamientos-deuteronomio-5/acuerdate-del-dia-de-reposo-para-santificarlo

Henry Kaestner, panel de discusión en el Movement Day, Ciudad de Nueva York, 10 de octubre de 2013.