Seguir a Cristo como cristianos comunes (Filipenses 2:19 - 3:21)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Sin ir más lejos, Filipenses nos da tres ejemplos —Pablo, Epafrodito y Timoteo— para demostrarnos la forma en la que todos los cristianos debemos seguir el ejemplo de Cristo. Pablo nos dice, “Hermanos, sed imitadores míos, y observad a los que andan según el ejemplo que tenéis en nosotros” (Fil 3:17). Él muestra cada uno de estos ejemplos en un marco basado en el “Himno a Jesús” del capítulo 2.

 

Personaje

Enviado a un lugar difícil

En obediencia/

esclavitud

Asumiendo grandes riesgos

Por el beneficio de otros

Jesús

En cuerpo humano (Fil 2:7)

Tomó forma de siervo (Fil 2:7)

Obediente hasta la muerte (Fil 2:8)

Se despojó de Sí mismo (Fil 2:7)

Pablo

Viviendo en la carne (Fil 1:22)

Siervo de Jesucristo (Fil 1:1)

Encarcelamiento (Fil 1:7) Llegando a ser como Cristo en Su muerte (Fil 3:10)

Para vuestro progreso y gozo (Fil 1:25)

Timoteo

Sería enviado pronto (Fil 2:19)

Como un hijo sirve a su padre (Fil 2:22)

(No se especifica en Filipenses. Ver Ro 6:21)

Sinceramente interesado en vuestro bienestar (Fil 2:20)

Epafrodito

Fue enviado (Fil 2:25)

Vuestro mensajero (Fil 2:25)

Estuvo al borde de la muerte (Fil 2:30)

Servidor para mis necesidades (Fil 2:25)

El mensaje es claro. Somos llamados a hacer lo que hizo Jesús. No podemos escondernos detrás de la excusa de que Jesús es el único hijo de Dios, que sirve a otros para que nosotros no tengamos que hacerlo. Y Pablo, Epafrodito y Timoteo no son superhombres que hicieron proezas que nosotros no podamos aspirar a repetir. En cambio, mientras vamos al trabajo, debemos ubicarnos en el mismo esquema: ser enviados, obedecer, correr riesgos y servir a otros:

Persona

Enviado a un lugar difícil

En obediencia/

esclavitud

Asumiendo grandes riesgos

Para el beneficio de otros

Los cristianos en el trabajo

Ir a un trabajo secular

Trabajar bajo la autoridad de otros

Arriesgarnos a que nuestra carrera se vea limitada por nuestra motivación de amar como Cristo ama

Somos llamados por Dios a poner los intereses de los demás por encima de los nuestros

¿Se nos permite atenuar el mandato de servir a otros en vez de a nosotros mismos con un poco de sentido común? ¿Por ejemplo, podríamos decir que debemos buscar primero los intereses de las personas en las que podemos confiar? ¿Podríamos buscar los intereses de los demás junto con los nuestros? ¿Es correcto trabajar por el bien común en situaciones en las que podemos esperar un beneficio proporcional, pero cuidarnos a nosotros mismos cuando el sistema está en contra nuestra? Pablo no responde a estas preguntas.

¿Qué deberíamos hacer si descubrimos que no tenemos la capacidad o la disposición para vivir de una forma tan osada? Pablo solo nos dice, “Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios” (Fil 4:6). Solamente por medio de la oración constante, la súplica y el agradecimiento a Dios podremos tomar decisiones difíciles y hacer lo necesario para buscar los intereses de otros en vez de los nuestros. Esta no es una teología abstracta sino un consejo práctico para la vida diaria y el trabajo.