Para recibir la bendición de Dios de la productividad es necesario respetar a los compañeros de trabajo (Rut 2:8–16)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Como se relata en Rut 2:1, Booz era “un hombre de mucha riqueza”. Esto puede tener diferentes connotaciones en la actualidad, pero en el caso de Booz significaba que era uno de los mejores jefes en la Biblia. Su estilo de liderazgo comenzó con el respeto. Cuando salió al campo donde sus hombres estaban trabajando, los saludó con una bendición (“El Señor sea con vosotros”) y ellos le respondieron del mismo modo (“Que el Señor te bendiga” Rut 2:4). El lugar de trabajo de Booz era extraordinario en muchos niveles. Él era el propietario y el administrador de una empresa que dependía de los empleados que contrataba. El controlaba el ambiente de trabajo de otros. A diferencia de muchos ambientes de trabajo en donde los supervisores y propietarios tratan a sus trabajadores con desdén y los trabajadores no respetan a sus jefes, Booz había propiciado una relación de confianza y respeto mutuo.

Booz respetaba a sus trabajadores al proveerles agua mientras trabajaban (Rut 2:9), comer con ellos y sobre todo compartir su comida con la persona que era considerada como la menos importante de todas (Rut 2:14). Después vemos que en el tiempo de la cosecha, Booz, el dueño del terreno, separó el grano de la paja con sus cosechadores y durmió con ellos afuera en el campo (Rut 3:2–4, 14).

Booz demostró que veía a cada ser humano como una imagen de Dios (Gn 1:27; Prov 14:31; 17:5) por la forma sensible en la que trataba a la mujer extranjera en su lugar de trabajo. Cuando la vio entre los trabajadores preguntó con gentileza, “¿De quién es esta joven?” (Rut 2:5), dando por sentado que ella estaba con un hombre o dependía de alguno —ya fuera como esposa o hija—, tal vez el propietario de un campo cercano. Sorprendentemente, cuando supo que era una mujer moabita que había regresado de su lugar de origen con Noemí (Rut 2:6) y que había pedido permiso para espigar tras los cosechadores (Rut 2:7), las primeras palabras que dijo fueron “Oye, hija mía” (Rut 2:8). Compartir su alimento con una mujer extranjera (Rut 2:14) fue un acto más significativo de lo que parece. Los hombres honorables que poseían tierras no acostumbraban conversar con las mujeres extranjeras,[1] como lo indica la misma Rut (Rut 2:10). Un hombre que estuviera más interesado en las apariencias sociales y oportunidades de negocios y menos en ser compasivo con alguien en situación de necesidad, pudo haber aprovechado la primera oportunidad para sacar a una intrusa moabita de su campo. Sin embargo, Booz estuvo más que dispuesto a apoyar a una trabajadora vulnerable sin importar la reacción que tuvieran los demás.

Ciertamente, en este relato podemos encontrar la primera política registrada en el mundo en contra del acoso sexual en el lugar de trabajo. Tal vez Booz estaba consciente de que muchos dueños de tierras y trabajadores eran abusadores[2]  y quizá es por esto que le informó a Rut sobre la orden que le había dado a sus hombres de no tocarla (Rut 2:9). Noemí demuestra que temía por la seguridad de su nuera cuando dice, “Es bueno, hija mía, que salgas con sus criadas, no sea que en otro campo te maltraten” (Rut 2:22). Los términos de la política de Booz son claros:

  1. Los trabajadores no debían “molestar” a esta mujer. Normalmente, la palabra naga significa “tocar”, pero aquí funciona de forma más general como “golpear, acosar o maltratar”.[3] Booz reconoce que la forma en la que una persona percibe el toque de alguien más, determina lo que implica dicha acción. 
  2. Rut debía tener el mismo acceso al agua (Rut 2:9) y a la mesa de almuerzo (Rut 2:14). En el momento de compartir la comida, Booz invitó a Rut a sentarse con él y sus trabajadores y a mojar un pedazo de pan en su vinagre (Rut 2:14). Luego, él mismo le sirvió hasta que estuvo más que satisfecha. La elección del verbo nagash, “acercarse”, indica que por ser extranjera, Rut había mantenido su distancia de forma intencional y apropiada (de acuerdo con la costumbre). La política de Booz en contra del acoso sexual no es simplemente restrictiva (que prohíbe ciertos actos) sino que es positiva en su intencionalidad, lo que significa que la respuesta del que está en peligro de ser acosado es lo que indica qué pueden hacer o no hacer los demás. Booz indagó si Rut se sentía segura para saber si le estaba ofreciendo la protección que ella necesitaba. Él demostró con su ejemplo cómo esperaba que las trabajadoras vulnerables fueran respetadas.
  3. Los empleados habituales de Booz no debían avergonzarla (Rut 2:15) ni reprenderla (Rut 2:16). Junto con la palabra molestar en el versículo 2:9, estas expresiones demuestran que el acoso se presenta de muchas maneras: física, emocional y verbal. De hecho, Booz representa un ejemplo positivo espectacular con su vehemente declaración de bendición para Rut (Rut 2:12).
  4. Los empleados habituales debían hacer que el ambiente de trabajo de Rut fuera lo más seguro posible y esforzarse por ayudarla a cumplir sus tareas laborales (Rut 2:15–16). En el lugar de trabajo, la prevención del acoso va más allá de crear un ambiente seguro. También implica eliminar lo que obstaculiza la productividad, el avance y sus recompensas inherentes. Booz pudo haber provisto seguridad para Rut manteniéndola lejos de los hombres que trabajaban allí, pero esto le habría negado el acceso al agua y al alimento, y podría haber causado que perdiera la oportunidad de recoger cierta cantidad de grano por causa del viento o de los animales. Booz se aseguró de que las garantías que había creado le permitieran ser totalmente productiva.

Aparentemente, los trabajadores de Booz se contagiaron de su espíritu generoso. Cuando su jefe los saludó con una bendición, ellos le respondieron con una bendición (Rut 2:4). Cuando Booz preguntó por la identidad de la mujer que había aparecido en su campo, el supervisor de los trabajadores reconoció que Rut era moabita, pero habló con un tono amable (Rut 2:6–7). El hecho de que Rut trajera un efa completo de grano a casa para Noemí, testifica que los trabajadores respondieron de forma positiva al encargo de Booz de tratar bien a Rut. No solo era evidente que habían cortado bastante grano para ella, sino que también habían aceptado a esta mujer moabita como compañera de trabajo durante la cosecha (Rut 2:21–23).

Los efectos positivos del liderazgo de Booz se extendieron más allá del lugar de trabajo. Cuando Noemí vio los resultados del esfuerzo de Rut, bendijo al empleador que le había dado trabajo y alabó a Dios por Su bondad y generosidad (Rut 2:20). Más adelante, es evidente que la buena reputación de Booz en la comunidad trajo armonía social y gloria a Dios (Rut 4:11–12). Todos los líderes —de hecho todos los trabajadores— moldean la cultura en la que trabajan. Aunque podemos pensar que nuestra cultura nos obliga a ajustarnos a las formas de trabajo injustas, sin sentido o improductivas, la realidad es que la forma en la que trabajamos influencia profundamente a los demás. Booz, un hombre con recursos en medio de una sociedad corrupta e incrédula (Rut 1:1, donde decir, “en los días en que gobernaban los jueces” es decir brevemente que era una sociedad corrupta), logró crear un negocio honesto y exitoso. El supervisor de la cosecha desarrolló prácticas igualitarias en una sociedad llena de misoginia y racismo (Jue 19–21). Ante una gran pérdida y la dificultad, Rut y Noemí conformaron una familia amorosa. Cuando sentimos la presión de conformarnos a un mal ambiente en el trabajo, la promesa de la fidelidad de Dios puede triunfar sobre todas las dudas que tengamos por causa de la disfunción cultural y social a nuestro alrededor.

Frederic W. Bush, Ruth, Esther [Rut, Ester], vol. 9, Word Biblical Commentary [Comentario bíblico de la Palabra] (Dallas: Word, 1998), 129.

Daniel I. Block, “Unspeakable Crimes: The Abuse of Women in the Book of Judges” [Crímenes indecibles: el abuso de mujeres en el libro de Jueces], The Southern Baptist Theological Journal [Revista teológica bautista del sur] 2 (1998): 46–55.

Daniel I. Block, Judges, Ruth (NAC; Nashville: Broadman & Holman, 2002), 659–60.