La bendición de Dios se multiplica cuando las personas trabajan de acuerdo con Sus enseñanzas (Rut 3:1–4:18)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

En el episodio en el que vemos a Rut espigando en el campo de Booz, él demuestra compasión y generosidad mientras representa un ejemplo extraordinario de reconciliación étnica. Esto plantea las preguntas, ¿por qué el corazón de Booz fue tan suave hacia Rut y por qué creó este ambiente en donde todos, incluso una mujer moabita, se pudieran sentir en casa? De acuerdo con las palabras del mismo Booz, Rut representaba nobleza y fidelidad al Dios verdadero (Rut 2:10-11). Como resultado, le dijo, “Que el Señor recompense tu obra y que tu remuneración sea completa de parte del Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte” (Rut 2:12). Aunque nació en Moab, ella había decidido buscar la salvación en el Dios de Israel (Rut 1:16). Booz reconoció que las alas de Dios estaban sobre ella y estuvo dispuesto a ser el instrumento de Dios para bendecirla. Al cuidar a una forastera desfavorecida, Booz honró al Dios de Israel. En las palabras del proverbio israelita: “El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor, pero el que se apiada del necesitado le honra” (Pro 14:31; ver también Pro 17:5). El apóstol Pablo expresó este tema siglos después: “Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe” (Gá 6:10).

Mientras avanzaba la historia, Booz comenzó a ver a Rut como algo más que una trabajadora diligente y fiel nuera de Noemí. En su momento, extendió las alas de su manto sobre Rut (Rut 3:9) —una metáfora adecuada del matrimonio, reflejando el amor y el compromiso que representan las alas de Dios. Hay un aspecto relacionado con el trabajo en esta historia de amor, ya que habían propiedades de por medio. Noemí todavía tenía cierto derecho sobre la tierra que le pertenecía a su difunto esposo y, de acuerdo con la ley de Israel, su pariente más cercano tenía el derecho de adquirir la tierra y mantenerla en la familia casándose con ella. Booz, a quien Noemí mencionó como un pariente de su marido (Rut 2:1), era en efecto el segundo en línea para adquirir tal derecho. Él le informó al pariente más cercano sobre el derecho que tenía, pero cuando el hombre supo que adquirir la tierra implicaba traer a Ruth la moabita a su casa, decidió renunciar a su derecho (Rut 4:1-6).

En cambio, Booz estaba encantado de ser escogido por Dios para mostrarle gracia a esta mujer, sin importar que ella fuera considerada inferior social, económica y racialmente (Rut 4:1-12). Él ejerció el derecho de redimir la propiedad, no casándose con la anciana Noemí por conveniencia, sino casándose con Rut con el permiso de Noemí, combinando el amor y el respeto. Al casarse con esta mujer moabita, cumplió en su manera un poco de la promesa de Dios a Abraham de que “en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra” (Gn 22:18). Él también adquirió más propiedades y podemos suponer que las administró tan productiva y generosamente como la propiedad que ya tenía, anunciando las palabras de Cristo de que “al que tiene, se le dará más” (Mr 4:25). Como veremos pronto, es totalmente apropiado que Booz fuera una imagen anticipada de Jesús. En el camino, los eventos de la historia revelan aún más acerca de cómo Dios está trabajando en el mundo para bien.