Una trabajadora diligente hace planes a largo plazo

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

La mujer valiente planea con anticipación. “Trae su alimento de lejos” (Prov 31:14), lo que significa que no depende de las compras de última hora que pueden ser cuestionables en calidad y costo. Ella “evalúa un campo” (Prov 31:16) antes de comprarlo, analizando su potencial a largo plazo. Además, planea plantar una viña en este campo en particular (Prov 31:16), y los viñedos no producen su primera cosecha hasta después de dos o tres años de plantarlos. La cuestión es que ella toma decisiones con base en sus consecuencias a largo plazo. Proverbios 21:5 nos dice que “los proyectos del diligente ciertamente son ventaja, mas todo el que se apresura, ciertamente llega a la pobreza”.

La planeación sabia requiere tomar decisiones que tienen resultados a largo plazo, como se ve en el ciclo de la administración de los bienes agrícolas.

Conoce bien la condición de tus rebaños, y presta atención a tu ganado; porque las riquezas no son eternas, ni perdurará la corona por todas las generaciones. Cuando la hierba desaparece se ve el retoño, y se recogen las hierbas de los montes; los corderos darán para tu vestido, y las cabras para el precio de un campo; y habrá suficiente leche de cabra para tu alimento, para el alimento de tu casa, y sustento para tus doncellas. (Prov 27:23-27)

Así como la mujer valiente al plantar una viña, el pastor sabio piensa con años de anticipación. De igual forma, el gobernador o el rey sabio necesitan tener una visión a largo plazo. “Por la transgresión de la tierra, muchos son sus príncipes; pero por el hombre entendido y de conocimiento permanece estable” (Prov 28:2). Los proverbios también toman a las hormigas como un ejemplo de la diligencia a largo plazo.

Ve, mira la hormiga, perezoso, observa sus caminos, y sé sabio. La cual sin tener jefe, ni oficial ni señor, prepara en el verano su alimento, y recoge en la cosecha su sustento. ¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de dormir, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar, y vendrá como vagabundo tu pobreza, y tu necesidad como un hombre armado. (Prov 6:6-11)

La planeación a futuro es un aspecto que se puede ver de diferentes maneras en el lugar de trabajo. La planeación financiera se menciona en Proverbios 24:27: “Ordena tus labores de fuera, y tenlas listas para ti en el campo; y después edifica tu casa”. En otras palabras, no comience a construir su casa antes de que sus campos estén produciendo los fondos necesarios para terminar el proyecto de construcción. Jesús retomó esta idea en Lucas 14:28-30:

“Porque, ¿quién de vosotros, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla? No sea que cuando haya echado los cimientos y no pueda terminar, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar y no pudo terminar.’”

Existen muchas otras formas de planear, y aunque no podemos esperar que los proverbios sirvan como un manual de planeación para una empresa moderna, sí podemos observar de nuevo la relación entre la sabiduría en Proverbios en la forma de planear y el carácter de Dios.

Del hombre son los propósitos del corazón, mas del Señor es la respuesta de la lengua. (Prov 16:1)

Muchos son los planes en el corazón del hombre, mas el consejo del Señor permanecerá. (Prov 19:21)

Dios hace planes a muy largo plazo y es sabio que también planeemos con anticipación, pero debemos ser humildes respecto a nuestros planes. A diferencia de Dios, nosotros no tenemos el poder de hacer que todos nuestros planes se hagan realidad. “No te jactes del día de mañana, porque no sabes qué traerá el día” (Prov 27:1). Planeamos con sabiduría, hablamos con humildad y vivimos con la esperanza de que los planes de Dios son nuestro mayor deseo.

La consideración de las consecuencias a largo plazo puede ser la habilidad más importante para el éxito. Por ejemplo, la investigación psicológica ha demostrado que la habilidad de postergar la gratificación —es decir, la habilidad de tomar decisiones con base en resultados a largo plazo— es un mejor indicador del éxito en la escuela que el cociente intelectual.[2] Lamentablemente, algunas veces parece que los cristianos toman pasajes tales como “no os preocupéis por el día de mañana” (Mt 6:34) para decir que “no se debe planear para el futuro”. Los proverbios —junto con las palabras mismas de Jesús— muestran que esto es incorrecto y autocomplaciente. De hecho, toda la vida cristiana, con su espera del regreso de Cristo para perfeccionar el reino de Dios, es una vida de planear a largo plazo.

Angela L. Duckworth y Martin E. P. Seligman, “Self-Discipline Outdoes IQ in Predicting Academic Performance of Adolescents” [La autodisciplina supera al CI en la predicción del rendimiento académico de los adolescentes], Psychological Science [Ciencia psicológica] 16, nº 12 (2005): 939-44. Mischel y Shoda (Science [Ciencia], 1989), Rosenbaum (Journal of Personality and Social Psychology [Revista de psicología social y personalidad], 1986) y Bialer (Journal of Personality [Revista de la personalidad], 1961), entre otros, han reportado resultados similares.