Dios hace que el cambio sea posible (Oseas 14:1-9; Amós 9:11-15; Miqueas 4:1-5; Abdías 21)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

El mismo Dios que demanda un cambio también promete hacer que el cambio sea posible. “Hay preparada una cosecha, cuando Yo restaure el bienestar de Mi pueblo. Cuando Yo quería curar a Israel” (Os 6:11–7:1). Los Doce Profetas transmiten el optimismo crucial de que Dios actúa en el mundo para cambiarlo para bien. A pesar del triunfo aparente del malvado, a la larga Dios está a cargo y “el reino será del Señor” (Abd 21). A pesar de la calamidad que el pueblo trae sobre sí mismo, Dios está trabajando para restaurar la bondad con la que fueron diseñados desde el comienzo la vida y el trabajo. “Él es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia” (Jl 2:13). Las predicciones que cierran Joel, Oseas y Amós ilustran esto en términos económicos explícitos.

Y las eras se llenarán de grano, y las tinajas rebosarán de mosto y de aceite virgen… Tendréis mucho que comer y os saciaréis, y alabaréis el nombre del Señor vuestro Dios, que ha obrado maravillosamente con vosotros; y nunca jamás será avergonzado Mi pueblo. (Jl 2:24, 26)

[Los israelitas] que moran a Su sombra, cultivarán de nuevo el trigo y florecerán como la vid. Su fama será como la del vino del Líbano. (Os 14:7)

Restauraré el bienestar de Mi pueblo Israel, y ellos reedificarán las ciudades asoladas y habitarán en ellas; también plantarán viñas y beberán su vino, y cultivarán huertos y comerán sus frutos. (Am 9:14)

La palabra de Dios para Su pueblo en tiempos de dificultad económica y social es que Su intención es restaurar la paz, justicia y prosperidad, si el pueblo vive de acuerdo con los preceptos de Su pacto. El medio que Dios decide usar es el trabajo de Su pueblo.