Josué (Josué 1)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Josué es el sucesor de Moisés, quien toma el lugar del líder de Israel. Aunque no es un rey, de alguna forma sí prefigura a los reyes que reinaron sobre Israel en los siglos posteriores. Él lleva a la nación a la batalla, sirve como juez cuando es necesario e intenta mantener al pueblo bajo los preceptos del pacto que Dios hizo con los israelitas en el Monte Sinaí.

En términos modernos, podríamos decir que la transición de Moisés a Josué es ejemplo de una buena planeación de sucesión. Moisés, guiado por Dios, ha designado en Josué un líder que coincide con el propio carácter de Moisés de fidelidad hacia Dios. Él es descrito como un hombre de valor y aprendizaje, fuerte y valiente (Jos 1:6-7), conocedor y obediente de la ley de Dios (Jos 1:8-9), y lo que es más importante, es un hombre espiritual. En el fondo, la base del liderazgo de Josué no es su propia fuerza, ni siquiera es la instrucción de Moisés, sino la guía y el poder de Dios. Dios le promete, “el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (Jos 1:9). (Puede encontrar más información sobre la preparación de Josué para ser el sucesor de Moisés en “Planeación de la sucesión” en Números 27:12-23 y “El final del trabajo de Moisés” en Deuteronomio 31:1-34:12 en www.teologiadeltrabajo.org).

La característica más importante de Josué, que sirve como ejemplo para los líderes actuales, puede ser su deseo de seguir creciendo en virtud a lo largo de su vida. A diferencia de Sansón, quien parece atascado en una obstinación infantil, Josué pasa de ser un joven temerario (Nm 14:6-10) a un comandante militar (Jos 6:1-21), un administrador nacional principal (Jos 20) y eventualmente un visionario profético (Jos 24). Él está más que dispuesto a someterse a un largo periodo de entrenamiento bajo la guía de Moisés y aprender de aquellos que son más experimentados que él (Nm 27:18-23; Dt 3:28). No teme dar órdenes en tiempos de acción, y aun así sigue compartiendo el liderazgo en un equipo que incluye al sacerdote Eleazar y a los ancianos de las doce tribus (e.g. Jos 19:51). Parece que nunca rechaza una oportunidad de crecer en carácter o para el beneficio de la sabiduría de otros.