Introducción a Génesis 12-50 y el trabajo

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Los capítulos 12 al 50 de Génesis cuentan acerca de la vida y el trabajo de Abraham, Sara y sus descendientes. Dios llamó a Abraham, Sara y su familia a que dejaran su tierra y fueran al nuevo lugar que Dios les mostraría. En el camino, Dios prometió hacer de ellos una nación grande: “Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra” (Gn 12:3). Como los descendientes espirituales de Abraham, bendecidos por esta gran familia y traídos a la fe por medio de su descendiente Jesucristo, estamos llamados a seguir los pasos de fe del padre y la madre de todos los que realmente creen (Ro 4:11; Gá 3:7, 29).

En la historia de la familia de Abraham y Sara abunda el trabajo. Su trabajo incluye casi todas las facetas del trabajo de los seminómadas en el antiguo Cercano Oriente. En todo momento enfrentan preguntas cruciales acerca de cómo vivir y trabajar guardando fielmente el pacto con Dios. Ellos luchan por ganarse la vida, soportan la conmoción social, crían hijos y permanecen fieles a Dios en medio de un mundo quebrantado, así como lo hacemos actualmente. Ellos ven que Dios es fiel a Sus promesas de bendecirlos en toda circunstancia, aunque ellos mismos sean infieles una y otra vez.

Pero el propósito del pacto con Dios no es simplemente bendecir a la familia de Abraham en un mundo hostil sino que su intención es bendecir a todo el mundo por medio de ellos. Esta tarea está más allá de las capacidades de la familia de Abraham, que cae una y otra vez en el orgullo, egocentrismo, imprudencia, ira y todos los otros males a los que están propensas las personas caídas (en lo que también nosotros nos vemos reflejados). Aun así, por la gracia de Dios, ellos conservan una esencia de fidelidad al pacto y Dios actúa por medio de su trabajo plagado de errores, para traer bendiciones inimaginables al mundo. Como el de ellos, nuestro trabajo también bendice a aquellos a nuestro alrededor, porque por medio de este participamos en el trabajo de Dios en el mundo.

Cuando lo vemos de comienzo a fin, es claro que Génesis es un todo literario, aunque se pueden distinguir dos partes. La primera parte (Gn 1–11) aborda la creación de Dios del universo, después traza el desarrollo de la humanidad desde la primera pareja en el jardín del Edén hasta los tres hijos de Noé y sus familias, quienes se dispersaron por el mundo. Esta sección termina de forma decepcionante cuando personas de todo el mundo se reúnen para construir una ciudad y hacerse famosos, y en vez de eso, experimentan derrota, confusión y dispersión como juicio de Dios. La segunda parte (Gn 12–50) comienza con el llamado del Señor a un hombre en particular: Abraham.[1] Dios lo llamó a que dejara su tierra y su familia y que partiera hacia una nueva vida y nueva tierra, y él lo hizo. El resto del libro relata la vida de este hombre y las siguientes tres generaciones, que comienzan a experimentar el cumplimiento de las promesas divinas hechas a su padre Abraham.

God’s changing of Abram's name to Abraham (17:5) is important in the book of Genesis, but not particularly relevant to the topic of work. We will refer to him throughout by his familiar name, Abraham, and likewise, for Sarai/Sarah.