La creación es de Dios, pero no es idéntica a Dios (Génesis 1:11)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Dios es la fuente de toda la creación. Sin embargo, la creación no es idéntica a Dios. Dios le da a Su creación lo que Colin Gunton llama Selbständigkeit o una “independencia propia”. Esta no es la independencia absoluta que imaginan los ateos o los deístas, sino que es la existencia comprensible de la creación al ser algo distinto a Dios mismo. Esto se refleja mejor en la descripción de la creación de las plantas. “Y dijo Dios: Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y árboles frutales que den fruto sobre la tierra según su género, con su semilla en él. Y fue así.” (Gn 1:11). Dios lo crea todo, pero además, siembra literalmente la semilla para la perpetuación de la creación a través de los tiempos. La creación depende de Dios por siempre —“porque en Él vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17:28)— y aun así, sigue siendo un ente distinto. Esto le da hermosura y valor a nuestro trabajo, mayor que el de un reloj o un títere que brinca. La fuente de nuestro trabajo es Dios, pero también tiene su propia importancia y dignidad.