El restablecimiento de la vida de acuerdo al pacto, fase uno:El trabajo de Esdras (Esdras 7:1-10:44)

Comentario Bíblico / Producido por el Proyecto de la Teología del trabajo

Curiosamente, Esdras no aparece en el libro que lleva su nombre sino hasta el capítulo 7. Este hombre culto, un sacerdote y maestro de la ley, vino a Jerusalén con la bendición del rey persa Artajerjes casi cincuenta años después de la reconstrucción del templo. Su tarea era presentar ofrendas en el templo a favor del rey y establecer la ley de Dios en Judá por medio de la enseñanza y la designación de líderes que cumplieran la ley (Esd 7:25-26).

Esdras no explicó el favor del rey en términos de buena suerte. En cambio, le dio el crédito a Dios por “que ha puesto esto en el corazón del rey” para enviarlo a Jerusalén (Esd 7:27). Esdras fue “fortalecido” y actuó de acuerdo con la orden del rey porque, como dijo, “estaba la mano del Señor mi Dios sobre mí” (Esd 7:28). La expresión de que la mano de Dios está sobre alguien es una de las favoritas de Esdras, en donde aparece seis veces de ocho en toda la Biblia (Esd 7:6, 9, 28; 8:18, 22, 31). Dios estaba trabajando en y por medio de Esdras, lo cual explica el triunfo en sus proyectos.

La confianza de Esdras en la ayuda de Dios fue probada cuando llegó el momento de que su comitiva viajara desde Babilonia a Jerusalén. “Tuve vergüenza”, explicó Esdras, “de pedir al rey tropas y hombres de a caballo para protegernos del enemigo en el camino, pues habíamos dicho al rey: La mano de nuestro Dios es propicia para con todos los que le buscan, mas Su poder y Su ira contra todos los que le abandonan” (Esd 8:22). Para Esdras, depender de un séquito real implicaba una falta de confianza en la protección de Dios y por esto, él y su comitiva ayunaron y oraron en vez de buscar la ayuda práctica del rey (Esd 8:23). Nota: Esdras no estaba siguiendo alguna ley en particular del Antiguo Testamento cuando decidió no recibir la protección real.

Más bien, su decisión reflejaba sus convicciones personales acerca de lo que significa confiar en Dios en las dificultades reales del liderazgo. Uno podría pensar que Esdras era un “creyente idealista” en esta situación, porque estaba dispuesto a arriesgar su vida con base en la idea de la protección de Dios, en vez de asegurar su protección con ayuda humana. Como veremos más adelante, la posición de Esdras no era la única que los líderes piadosos consideraban como razonable en los libros de Esdras y Nehemías.

La estrategia de Esdras fue acertada. Él señaló que, “la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y de las emboscadas en el camino” (Esd 8:31). Sin embargo, no sabemos si los miembros de la comitiva de Esdras llevaban armas o las usaron para protegerse. El texto parece indicar que Esdras y los demás completaron su viaje sin un incidente que los pusiera en riesgo. Una vez más, el libro de Esdras muestra que los esfuerzos humanos son fructíferos cuando Dios trabaja en ellos.

Los dos últimos capítulos de Esdras se centran en el problema del matrimonio entre judíos y gentiles. Aquí no se manifiesta el problema del trabajo, excepto en el ejemplo de Esdras, quien ejerce su liderazgo siendo fiel a la ley, con firmeza y en oración.